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La tercera noche si hacia la cuenta desde que dormia en una habitación diferente que Takumi, el rubio habia tomado el ala sur como refugio desde que la noticia del compromiso de Zenryuu se hiciera publico, no podía culparlo por la reacción, no era ni el momento, ni la forma, su padre siempre parecía divertirse molestando a los demás, al menos eso pensó el pelinegro.
El sitio habia sido la fiesta de cumpleaños 17 de Zenryuu, recordaba Ryo perfectamente el evento, casi con dolorosa precisión el desarrollo de todo, Naomi su madre era una excelente anfitriona, seguida de cerca por Takumi, esposas ambos de lideres de clan, derrochaban encanto, belleza y perfeccion, su hijo Zen, parecía divertido, aunque decepcionado por la falta de los gemelos Larks, un detalle que reconocia Ryo no tenia mucha importancia para el, pero que en Takumi y su pequeño vástago parecía pesar mucho.
Se la reunión recordaba los interminables saludos, charlas sin sentido entre jefes de clanes, lo ostentoso de su padre, Ryonusuke, que ahora era uno mas del clan de ancianos, lideres entre las sombras de toda la familia yakuza, si bien el mismo Ryo habia hecho cambios, algunas de las viejas tradiciones se mantenían, algunas coherentes otras ridículas… pero sin duda alguna en su momento se encargaría de desaparecerlas tranquilamente.
Para mitad de la reunión sin que nadie lo esperara, Ryonusuke habia tomando posición en el centro de la reunión, mientras anunciaba con aparente orgullo la noticia que pondría la vida marital de Ryo en peligro. Habia atrapado la atención de todos con un discurso sobre las tradiciones y como las culturas diferentes a veces daban un nuevo panorama…. Aquello no le habia parecía Ryo coherente, pero le permitio, intrigado mas que nada, que continuara, la voz profunda, burlona no permitia que que hubiera dudas… el dialogo se desgrano lentamente las tradiciones y la antigüedad de varias mafias dentro de japon y otros países. En salsando algunas de manera muy llamativa, en especial a la mafia italiana, que ensalso descaradamente el honor, tradición y código que mantenían.
-Nuestros hermanos italianos desean un cambio, desean tener prosperidad y linaje largo, desean aprender el equilibrio que nuestros clanes han tenido por tantos siglos.- Habia dicho efusivamente el mayor del clan Matsumoto, para intranquilidad de Ryo, que esperaba el desenlace de toda aquella farabella, Naomi también observaba a su marido extrañada, la mafia italiana eran enemigos declarados de los japoneses según recordaba la mujer, y ahora psaban a tener tradiciones, dejaban de ser una panda de salvajes según las palabras de su marido; aquello era incoherente y lo la mujer de cabellos largos negros lo expresaba bien en la mirada, misma que dedicaba a Ryo, su hijo como buscando una explicación y lógica de lo que estaba pasando.
-Hemos acordado Don Abagnale y yo, que para realizar este paso tan importante, una unión sea declarada, he entregado gustoso a mi nieto Zenryuu Matsumoto para llevar a acabo esta unión.- Los ojos negros se clavaron en el mencionado que le regreso una mirada extrañada y descolocada, estaba claro que el mas joven del clan Matsumoto, no sabia como reaccionar o si aquello que escuchaba era tal cual.
Ryo noto como su madre permanecia serena, aunque los ojos chispeaban molestos mientras observaba a aquel hombre que tiempo atrás fuera el jefe máximo del clan, este sin inmutarse permanecia feliz en medio de aquel espacio, Takumi no logro controlarse tan bien como se suponía y la situación ameritaba, y nadie pudo evitar que el rubio se le plantara al exlíder.
-No puede!.- Habia exclamado fuera de si.- No puede comprometer a mi hijo asi!.-
-No?.- El tono de voz de Ryonusuke fue severo y la expresión vivaracha se torno molesta.- Ryo! Tranquiliza a tu esposa, es una deshonra su comportamiento!.- El hombre habia dirigido una mirada gélida a su hijo.
-No voy a permitir que…-
-Takumi, cariño…- Naomi alcanzo las figuras en un parpadeo, jalo suavemente al rubio .- No es el momento.- Los ojos de la mujer centellaron en dirección de su marido.- Nos retiramos querido, creo que la emoción de las noticias sacarían a cualquier madre de sus cabales!.-
-Lo dejo en tus manos entonces, no estará en discusión este tema.- Menciono el hombre mientras tomaba un par de mechones del cabello negro de su esposa y aspiraba el aroma de estos.
Ryo agradeció a su madre por la intervension, sintió como el rubio buscaba una explicación, ayuda quizá en la situación, pero no llego ni la respuesta, ni la mano que brindara salvación en aquel momento, Ryo juraba que además de Takumi, Zen por un instante habia lucido como desconectado… casi muerto en vida… incrédulo y perdido, casi juraba el pelinegro que el dolor en los ojos que ahora estaba indiferentes se notaron en cuestión de un parpadeo. Era su hijo después de todo, no mostraba mas emociones de las necesarias.
Miro en dirección del futon ahí donde se suponía debía estar Takumi, la habitación le parecía tan fría sin el rubio a su lado.
-No me parece que su reacción fuera normal…- Se dijo en voz alta con una calma tal, que se le helo el corazón.
Era un presentimiento, un secreto a voces quizá!, Zen estaba demasiado apegado a los gemelos Larks, a tal punto que parecía casi ridículo, que entre bromas y bromas, la predicción y deseo de Takumi e Ilen de convertirse en familia parecía mas una realidad bastante cercana.
Zen tenia una predilección por Nairem Larks, la maldición de los ojos verdes parecía latente, no le sorprendia, en lo mas minimo que su hijo cayera presa de esa mirada limpia y fresca, aunque estaba además de Larks, Lawrence, el hermano mayor… Suspiro… era mejor tratar de arreglar aquello.
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-Estas enojado con mi padre?...- Habia preguntado infantil e inocentemente, no habia ninguna otra cuestión o intensión en la pregunta.
-Tu no lo estas?.- Fue la única y escueta respuesta que recibió Zen de labios de su madre.
-Deberia, no es asi?.- Pregunto tranquilamente.- Pero tiene caso alguno?. No se puede debatir con el abuelo.- Zen suspiro, sabia perfectamente la razón de su madre para ponerse de semejante manera.
-Yo se… - Takumi paecio callar tranquilamente, pero los ojos azul zafiro eran todo un remolino de emociones.
Zen siempre se lo preguntaba, como podía su madre ocultar todas las emociones delante de los demás.
-Yo se que tu padre hace todo lo posible, pero hay situaciones que deben…-
-Mantenerse…- Termino Zenryuu .- Naomi-chan dice que es tonto mantener viejas tradiciones, compromisos…, pero ni ella puede contra el abuelo.-
-No puedo!... no quiero que termines casado a la fuerza!.-
Zen noto la rabia y frustración que estaba dentro de aquel esbelto t bajito cuerpo, su madre era fuerte, pero seguía siendo delicado, hermoso, tanto como su amado Nairem.
-Tu… te arrepientes de tu matrimonio?.-
Los ojos de Takumi se abrieron sorprendidos, ni siquiera lo pensó cuando respondio.
-No!... – Un ligero tono rosado le tiño las mejillas, Zen solo se sonrio.- Mi situación y lo de tu padre es diferente.- Se sento quitándose el kimono de color celeste y solo permaneció con la yukata. – Nos conocimos de jóvenes, por no decir qye desde pañales.- Suspiro el rubio- Pasaron muchas cosas antes de darme cuenta que estaba enamorado… de volverme a enamorar.-
-Ya se me todo ese rollo, el compromiso, el harem… la vez que casi te forza, tu escapada, el trágico tiempo en esa ciudad de mafiosos, el secuestro de Ilen-san, el chantaje de padre y finalmente la reconciliación, tu embarazo, el secuestro, la boda y mi nacimiento.- Zenryuu le miro burlon, los ojos de Takumi le advirtieron que debía estar atento, su madre lanzaba cosas de manera magnifica y rara vez erraba el tiro.
-Ah! Casi olvido el secuestro de mi padre en manos de Naomi-chan!-
Takumi ya tenia lo que parecía un cepillo entre los dedos y estaba por lanzarlo cuando un suave toque se escucho en la puerta.
-Takumi…- La voz de Ryo sono tranquila al otro lado.- Tenemos que hablar…-
-No quiero hablar contigo si lo que me vas a decir no es que rompiste el compromiso de Zen!.-
Miro a su hijo, dejo el cepillo en la mesita de noche, estaba seguro de haber visto una pizca de dolor con la mención del compromiso.
-Takumi… por favor…-
-Vete!, tu lo prometiste!- Takumi se encerro en el baño del cuarto, asotando la puerta con intención de hacérselo saber a su esposo , no tenia ganas de escucharlo.
Zen salio del cuarto, mirando a su padre en la puerta, le hacia gracia de alguna manera pensar hasta que nivel llegaba el amor de aquel hombre, fácilmente podía derribar la puerta, forzar su entrada y hacerse escuchar… pero no podía negarle al menos ese capricho, ese espacio de respeto a Takumi.
-Se metio al baño… dale tiempo…-
-No estas molesto?.- El pelinegro se quito las gafas oscuras, Zen solo le sonrio.
-Cada quien debe hacerse responsable por sus acciones y posición, no es lo que me han enseñado?.-
Ryo miro extrañado a Zenryuu, algo en aquellos ojos, en la tranquilidad de su hijo le hizo enarcar una ceja, agudizar los sentidos.
-No me mires asi…- Se inclino un poco ante su padre, aun con le faltaba para tener su altura.- Mamá esta molesto, pero no ha dejado de quererte, por eso es que le duele mas, se lastima sabiendo que te lastima.- Ryo se permitio ponerle una mano sobre los hombros. –Yo entiendo tu deber como líder del clan… me han enseñado que el solo hecho de tener una posición importante, mis responsabilidades son iguales…- Se enderezo.
-Que debo hacerme responsable de mis actos, afrontar las consecuencias de las desiciones que tome.- Los ojos le brillaron y el presentimiento de Ryo se incremento- Y se que pase lo que pase, no dejaran de quererme.-
-Zen….- Ryo tuvo el impulso de hablar, pero el menor le sonrio solamente, un solo gesto para que lo dejara continuar hablando.
-No me malentiendas… me enseñaron eso, asi que se como son sus valores y corazones, mamá seguramente en un par de semanas mas te comenzara a hablar, lo vi mirando un broche que le diste varias veces.- Ambos padre e hijo clavaron los ojos en la puerta tras ellos.
-Bueno, voy a mi entrenamiento de judo, luego kung fu, según vere venenos y antídotos mas tarde con________.- Se estiro cual gato.- Mi agenda esta llena, no podría relajarla un poco?.-
-Hijo…- Ryo a penas dejo que su vástago diera un par de pasos cuando le llamo.- No seas imprudente…- Se coloco de nuevo las gafas tomando el camiono contrario a Zen.
-Raaaaaayos!.- A veces su padre tenia un sentido demasiado agudo… a veces temblaba cuando le advertia… pero esa ocasión….- Lo siento… pero esta vez no puedo ser el obediente hijo…-
No cuando en jugo estaba algo tan importante como el ser que amaba, era imposible el pensar el dejarlo en brazos de alguien mas…
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EL presentimiento de Ryo no disminuyo, veía a su hijo normal, asistia a sus clases, iba a los entrenamientos, atendia las ordenes e instrucciones de su abuelo, a veces lo veía jugando tranquilamente entre los miembros del clan… nada fuera de lo normal, pero no dejaba de sentr que algo no estaba del todo bien…
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